Jorge de Cuevas Bertholin, marqués de Cuevas. Me recibe en batín chino, negro.
- Marqués - digo - no hay más remedio que hablar de eso (eso es su duelo con el coreógrafo Serge Lifar).
- Ya se ha dicho todo lo que se podía decir.
- Luego hay algo que no se podía decir, marqués. ¿quién de los dos tenía menos ganas de batirse, usted o Lifar?
- Creo que yo; Serge tiene veinte años menos que yo, que tengo 72. Yo tenía sobre todo terror al ridículo. Tomé lecciones de esgrima para defenderme.
- ¿Y qué pasó?
- ... Después de más de veinte minutos de defenderme, me tiré a fondo y herí a Serge en un brazo y dieron el duelo por terminado.
- ¿Hubo reconciliación?
- Llorando los dos. Luego, en prueba de que no nos guardábamos rencor nos retratamos juntos.
- ¡Qué malos tragos, marqués! "Bou-Bou" y "Monsieur", los perritos del marqués, ajenos al drama que vivió su dueño, dormitan a sus pies...
COSECHA PROPIA: ¡Qué película más mala, Manuel!... aunque sea basada en un hecho real, protagonizada por unos ridículos personajes auténticos.
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