György Rayki, director de orquesta, húngaro, por primera vez en España al frente de la Orquesta Sinfónica de Barcelona. Nació en Budapest en 1921 y salió de Hungría en 1946 para no volver. Hoy es alemán.
¿Puedo preguntarle por qué abandono su patria?
- Por la política. Fuí director musical del teatro húngaro y de la Sinfónica de Budapest y revisor de Radio Nacional. Aproveché una invitación para actuar en los Festivales de Viena y que tenía pasaporte, salí y no regresé ni puedo pensar en ello, estoy ilegalmente fuera.
- No le da pena que otros músicos, con la música ligera ganen millones?
- Pena no me da porque si uno lo puede ganar lo hemos de respetar; solamente me entristece que los gobiernos no tengan interés en aprovechar estas entradas fabulosas para crear un impuesto y dedicarlo a entidades musicales y orquestas, y a educación de talentos entre los pobres, sacando de los millonarios del cha-cha-cha un fruto positivo para la buena música.
- No es mala idea pero dígaselo a ellos...
COSECHA PROPIA: ¿Decírselo a los millonarios del cha-cha-cha que se ha de repartir mejor el dinero a recaudar? ¿Nos escucharán? ¿Qué dices tú, Manuel?
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