Alfredo Corrochano, abogado y periodista, hijo de Gregorio, famoso crítico taurino; fué matador de toros y hoy es apoderado y tiene una finca modelo de explotación.
- Usted alternó con los mejores ¿le fue dificil?
- Muy difícil, pero era muy bonito ser torero. A mí me esperaban a la suerte de muleta a que la cogiese con la izquierda que es lo que me dió fama. La mayoría de las corridas el público las veía de pie para aplaudir o chillar.
- Usted que estuvo en el cartel ¿quién tuvo la culpa de la muerte de Igancio Sánchez Mejías?
- Como siempre el torero. Era un toro con acusada querencia por las tablas, Ignacio inició la faena sentado en el estribo y el toro al segundo muletazo lo aprisionó contra las tablas y al volverse un poco lo clavó contra las tablas.
- ¿Por qué se fué usted tan pronto de los toros?
- La guerra interrumpió mi carrera. Si volviera a nacer volvería a ser abogado y torero; considero que con 20 años y español, lo más grande que se puede ser es torero y el que no llega...
pues como otras tantas profesiones.
- Pero en esta se juega con la vida...
CARTA DEL LECTOR: 6 Agosto 2.011. Manolo, si ves a Corrochano, dile que este admirador tuyo catalán, Jordi, a quien no le gustan los "correbous", tampoco entiende eso de que a los 20 años un español lo más grande que puede ser es torero.
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