Antoñita Moreno Valiente, cantaora por lo grande, vuelve de América después de dos años de ausencia.
- ¿Vuelve usted americanizada?
- Vuelvo como soy, serena por dentro y por fuera, no me inmuto por nada, un poco indiferente.
- ¿Usted no compone?
- A veces, cuando me encuentro triste. Golpea con los nudillos sobre la mesa: "Ni tu madre, ni la mía,/ ni el sol ni la luna entera / ni la mar con ser la mar ¡ay! / me separan de tu vera".
- ¿En quién pensaba?
- En la persona que he querido; aquello murió pero donde hubo candela, rescoldo queda. Me falta otro mejor que aquel; más repiqueteo de nudillos: "Vivir sin ti no es vivir / pero contigo tampoco. ¿Me quieres tú a mí decir si no es para volverse loca, / esto que me pasa a mí?".
- Eso, dígaselo usted a él...
COSECHA PROPIA: Pero cantándoselo al oído, con el repiqueteo de los nudillos sobre la mesa.
¿No fué así como te lo contó, Manolo?
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