Xavier Cugat, famoso violinista y director de orquesta, ha llegado solo, sin Abbe Lane.
- ¿Qué pasó?
- Nos divorciamos. ¿Culpable? la estúpida facildad con que uno puede divorciarse y casarse en América. No tuve ni la menor sospecha y ahora tengo la sensación de hombre abandonado; me duele muchísimo. He perdido esposa y compañera de trabajo, esta última, facil de sustituir.
- ¿Habrá una cuarta mujer?
- Sí, pero ni cantará ni bailará ni recitará a Shakespeare. Abbe se llevó una casa valorada en 250.000 dólares y otros 270.000 dólares por cancelar contratos.
- ¿Ültima comunicación con ella?
- Dos días antes un par de corbatas con la nota "Al mejor marido del mundo, que no merezco". Todos los días le pongo un cable y le mando algo; nunca me ha contestado. No hay nada que hacer.
- No...
CARTA DEL LECTOR: 7 Octubre 2.011. Efectivamente, Manuel, no hubo nada que hacer pero Xavier Cugat siguió sin escarmentar y eso que por entonces me parece que sonaba una canción que ya advertía que "de las mujeres, nunca se sabe"...
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