Francisco Bondía Tormos, sin duda el más viejo pescador de Barcelona. Ni el mismo sabe los años que tiene.
- ¿Pero usted no sabe cuándo nació?
- ¡Yo qué sé! tengo más de cien años, quizá ciento diez. Soy de Santa Pola y no sé cuánto tiempo llevo aquí; pregúnteselo a mi hija.
- ¿Sabe nadar?
- Ya no; antes sí. He sido muy fuerte pero las piernas no me responden porque peso mucho.
- ¿Cuántos nietos tiene?
- ¡Ay madre! un puñado de 20 a 25 y otros tantos biznietos. Las piernas, las piernas; eso que no bebo ni fumo desde hace años porque me hacía daño.
- ¿Qué haría con un millón de pesetas que le cayera del cielo?
- Repartirlo entre los pobres ¿para qué quiero yo el dinero?
- Sí, ya es tarde...
CARTA DEL LECTOR: 21 Noviembre 2.011. Me parece, Manuel, que a tí también te flaqueó la memoria este día, pues no dijiste que a Francisco Bondía Tormos ya lo habías entrevistado el 16 de julio de 1961, como Francisco Buendía Tormo, de 95 años, natural de de Santa Pola, cuando se defendía mejor con la memoria y las piernas. Te comprendo porque esta es la entrevista número 5.150 de mi particular archivo sobre tu obra.
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