José Subirá Puig, escultor catalán que se descubrió en el "Salón de Octubre", marchó a París y ha vuelto al cabo de siete años, hecho y derecho, y ha expuesto obra de barro cocido y hierro.
- ¿Se ha encontrado ya?
- Estoy en el camino de solucionar el problema que el artista nunca halla.Sé muy bien lo que hago pero el resultado es incontrolable. La obra la doy por terminada cuando no tengo más que decir. Si el resultado es inferior a lo imaginado, la rompo. Soy más ágil con el barro que con las palabras, sin duda alguna.
- ¿Cuándo es más feliz cuando ve su obra o cuando la está haciendo?
- Cuando la hago aunque sufra y cuando terminada acierto el resultado, sino la rompo, que es la mitad de los casos desgraciadamente.
- ¿Su meta es no romper ninguna?
- Son escalones en mi camino.
- Siga con el barro, siga...
CARTA DEL LECTOR: 1 Abril 2.011. Subirá Puig siguió con la escultura de barro, Manuel, pero en Francia, donde había encontrado su camino. Así perdí de vista a un artista con el que había coincidido en un internado en la postguerra española.
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