- ¿Vida difícil?
- Esto da poco, hijo, quince duros al mes, y tres pesetas diarias de la Vejez. Tenía unos rinconcitos pero ya se han acabado. No me quejo; Ud. lo arregla para no molestar a los vecinos.
- En el balance de su vida ¿qué ha habido más, alegrías o tristezas?
- Tristezas. Yo tuve una juventud muy bonita; yo era una señorita, vivíamos bien, pero mi papá que era ganadero andaluz, se metió en bolsa y lo perdió todo.
- ¿Qué ambiciona en este momento?
- Que no me falte el pan y si viene con alguna cosilla, mejor. Y que no me falte la plancha en los pies ni la almohada en la espalda que me calienta los riñones. Me conformo con acabar así lo que me quede.
- Volveré a verla otro día.
- Gracias, pero no tarde, hijo, no tarde.
- ¿Después de un siglo de vida, "no tarde", cuánto será?...
COSECHA PROPIA : Un sopl0.
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