Heidi Slaquet, pictóricamente Heidi a secas. Fue maniquí, ahora dice que pinta y viene a exponer. En su catálogo figuran compradores de todo el mundo, gente de bien vivir.Nada figurativa, alegre, optimista.
- En sus cuadros se respira optimismo pero sospecho que miente ¿Lo ha pasado mal hasta ahora?
- Sí, por la incomprensión de la gente, incomprensión contra la que estoy luchando. Todos los clientes que me han comprado los cuadros una vez me los han pagado no me importan.
- ¿Lucha solita por el mundo?
- Sí, desde los 17 años. Fuí maniquí porque era lo más fácil que me ofrecieron. Quise destacar en algo y me decidí por pintar y me marché a Caracas con unos cuantos cuadros y 30 pesetas; llegué a un hotel, les rogué que tuvieran confianza en mí, que quería triunfar y pagaría. Expuse, triunfé y pagué. Luego repetí en Méjico y las 30 pesetas están en un cuadro, el de más valor para mí.
- ¿Los demás cuadros se cotizan más?
- No sea cruel; si así no fuera, seguiría de maniquí.
- Olvide aquello...
CARTA DEL LECTOR: 31 Marzo 2.012. ¿Tú, Manuel, fuiste capaz de descubrir, entre los colores de los cuadros de Heidi, su falso optimismo como para sospechar que lo había pasado mal? ¡Jo, tío!
No hay comentarios:
Publicar un comentario