Uno cualquiera era uno de los cien mil manifestantes en contra de la O.N.U. No quiso identificarse.
- ¿Satisfecho?
- Pues verá, estoy pensando una cosa.
- Diga, diga - dije esperando declaraciones.
- ¿Ud. es feliz?
- De paredes adentro, sí.
- Pues, yo no.
- Bien, ¿y qué le sucede?
- Líos familiares.
- ¿Y qué tiene que ver con todo ésto?
- Pues, imagínese que en mi casa entrase un vecino a poner orden.
- Si lo hacía de buena fe...
- Saldría por el balcón a la calle.
- Se metió las manos en los bolsillos y se fué. Y era mi hombre, uno cualquiera...
COSECHA PROPIA: Sin identificar porque así lo quiso; cosa habitual en 1946.
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