La Madre Manuela, religiosa de la Congregación del Cottolengo del Padre Alegre, está aquí por unos días, donde ha celebrado una reunión con proyección benéfica de altos vuelos. Se fué a Las Hurdes en 1952.
- Muchas obras y pocas palabras - dice intentando atajar mi intento de entrevista.
- Resígnese por esta vez ¿quién le mandó irse a Las Hurdes?
- La Providencia; fuimos cuatro hermanas para fundar un Cottolengo en Fragosa.
- Ahí, para plantar un árbol hay que agujerear una piedra- dice el padre Arredondo que nos acompaña.
- Dura tierra - comento.
- Pues acabará siendo lugar de turismo - sentencia la optimista Madre Manuela.
- Si usted se empeña...
COSECHA PROPIA: Pues, si la zona hoy tiene aspecto de turismo rural.
No hay comentarios:
Publicar un comentario