Un señor que oculta su nombre, nacido en Cataluña, hace muchos años salió de un pueblecito de la Costa Brava y se marchó a América donde hizo fortuna, mucha fortuna. Ha ofrecido un donativo de un millón de dólares a la Diputación Provincial de Barcelona al escuchar a su Presidente lamentarse, el día de San Jorge, de la falta de colaboración de la gente adinerada para sus obras benéficas como por ejemplo la reubicación de la Casa de Caridad en nuevas instalaciones en unos terrenos de Horta.
- Suceso muy importante, voy a poblicarlo - digo a la hija de este señor.
- Papá no quiere publicidad - responde.
- Una cosa es que su papá me llame y otra, muy distinta que yo me haya enterado.Pero no me impedirán que publique el rasgo, para que sirva de ejemplo...
COSECHA PROPIA: Te felicito por tu ética periodística, Manuel; pero la publicación del rasgo filantrópico no ha servido - y han pasado más de cincuenta años - para que se repitiera un gesto semejante. Cosas de la vida. El caso me afectó personalmente, te lo contaré más adelante.
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